Los bordados de Santiago Atitlán

Los bordados de Santiago Atitlán

Santiago Atitlán está ubicado a orillas del lago Atitlán. Su nombre viene del apostol Santiago y Atitlán del náhuatl “entre aguas”. Gran parte de la poblaciòn pertenece al pueblo tz’utujil.

Izquierda: Santiago Atitlán

En su territorio existen catorce parajes y tres volcanes: el San Pedro, el Atitlán y el Toliman.

El lugar está rodeado de humedales donde existe una enorme diversidad de pájaros, cerca 120 especies diferentes.

Las mujeres de Santiago, para expresar su relación con este espacio, bordan pájaros sobre una tela tejida en telar de cintura con rayas horizontales y verticales, de modo que en cada cuadro que se origina se borda una especie diferente con todos sus detalles.

Entre las especies de aves que se pueden identificar en el huipil de Santiago Atitlán se encuentran el colibrí, loro, garza blanca, martín pescador, gorrión, ganso, paloma y guacamayo.

Los bordados de Santiago Atitlán se elaboran en familia colectivamente, algunas mujeres de la familia tejen la tela en telar de cintura.

Por lo general, algún hombre de la familia se especializa en dibujar sobre la tela figuras de pájaros de diferentes especies, representaciones del lago Atitlán y los volcanes, así como de dioses y nahuales maya que posteriormente serán bordados por otras las mujeres de la familia. En algunas familias alguien se dedica exclusivamente a la selección de colores.

Parte indispensable del traje tradicional de la mujer de Santiago Atitlán es la cinta tejida que usan en el cabello conocida como tocoyal. Mide entre 15 a 20 metros de largo, proporcional a las 20 vueltas que da alrededor de la cabeza. Esto guarda una estrecha relación con el calendario maya que consta de 20 días.

Es tejida en telar de cintura de color rojo y tiene bordados elaborados con lustrina en los que se representan las fiestas y tradiciones de los Tzu´tujiles.

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Santa Catarina Palopó, su huipil y el lago

Santa Catarina Palopó, su huipil y el lago

El huipil que usan las mujeres de Sta Catarina Palopó es de diferentes tonos azul y verde porque Sta. Catarina queda a orillas del lago Atitlán. Al tejerlo de estos colores la mujeres expresan la profunda relación que tienen con el lago.

Existen dos tipos diferentes de huipiles de Sta. Catarina, uno con figuras geométricas y otro con figuras de diversos animales tales como peces, venados, plantas de maíz, patos, pavos reales, mariposas, cangrejos, caballitos de mar, tortugas, buhos, plantas con flores o arañas. El geométrico tiene representaciones de estrellas, caminos, ríos, entre otros.

Las fajas también se tejen en telar de cintura y son un vivo testimonio de la diversa fauna del lugar. A algunas se le agregan mostacillas para que sean más vistosas.


Ambos se tejen en telar de cintura, sin embargo la técnica de tejido del huipil de Sta. Catarina Palopó tiene una particularidad, se teje solo con los dedos, es decir no se utiliza una bobina o guía para formar las figuras, sino que esto se hace enrollando los hilos alrededor de la urdimbre utilizando solo los dedos.

Una tejedora tarda 5 meses en elaborarlo, le lleva dos meses tejer la pieza del centro y un mes y medio cada una de las partes laterales. Al tejer la parte central las mujeres dejan un cuadrado donde se teje la tela lisa porque esa parte será retirada para hacer el cuello del huipil. Se pueden encontrar cuellos bordados a manos con muy diversas puntadas. Estas piezas se unen posteriormente con una sutil costura.

Algunas mujeres de Sta. Catarina añaden un cierre en la parte lateral o en el centro del pecho del huipil para poder amamantar a sus hijos.

Además del huipil y la faja las mujeres usan un corte y un tocado muy llamativo. Este consiste en una pieza rectangular relativamente larga de terciopelo en la que enrollan sus cabellos.

 

Antiguamente el huipil de Santa Catarina tambièn era color rojo, de una textura y patrones más bien cercanos a los de su vecina localidad San Antonio Palopó. El color lo obtenían de la cochinilla que se traía de México. Cuando se empezaron a usar colores industriales fue cambiando el huipil a color azul por su identificación con el lago.

Manuela es un poco rebelde y se lo puso al revés 🙂

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Huipil de Chajul

Huipil de Chajul

Los huipiles de Chajul – al igual que los de Nebaj- son elaborados por mujeres del pueblo ixil, por lo que tienen motivos en común. El huipil de Chajul se teje en telar de cintura con un algodón muy suave. Consta de 2 lienzos

Tiene representaciones de una enorme diversidad de animales como son pavos reales, pájaros, tortugas, medusas, arañas, alacranes y varias especies de pájaros, así como animales propios de la ubicación geográfica de ese lugar.

Representaciones de medusas

Representaciones de tortugas

Representaciones de pavos reales

Las aves son muy recurrentes en los tejidos. Es el pájaro de lluvia (Ayol’ job’) quién tiene la función de anunciar cuándo viene la lluvia de modo que la comunidad pueda prepararse para la siembra del frijol y del maíz y de este modo tener una buena cosecha.


Otra figura recurrente en los huipiles de Chajul, es el llamado águila de dos cabezas. Relatos de las mujeres de Chajul mencionan la antigua existencia de esta ave, por eso ellas lo siguen representando.

Àguila de dos cabezas

Àguila de dos cabezas

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El bordado de Juanita

El bordado de Juanita

Juana es maya-quiché y vive en Chichicastenango, Guatemala. Su padre le enseñó a bordar cuando era una niña y le dijo: de esto tienes vivir. Desde hace 20 años vende en el mercado de los jueves y domingos.

Fue la primera persona que conocimos, la que nos abrió las puertas al mundo chichicastenca y con la que trabajamos desde entonces.

En sus bordados Juana representa la fiesta de Santo Tomás que se celebra cada 21 de diciembre en Chichicastenango.

Una de las tradiciones de la fiesta es la danza ancestral maya-quiché del palo volador.

La historia de este baile se encuentra en el libro sagrados de los Quichés, el PopolVuh en el que se relata la leyenda de los hermanos, Jun Batz y Jun Ch’owen, quienes trataron de matar a sus otros dos hermanos los gemelos Hunahpú e Ixbalanque. Como fracasaron en su intento, de castigo fueron convertidos en monos. La danza del Palo Volador consiste en dos bailadores que van desenrollándose por medio de cuerdas desde la punta de un palo alto, hasta que llegan al suelo. Cada uno de los bailadores usualmente se viste de mono y con movimientos graciosos bailan al compás de una marimba.

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El huipil de Chichicastenango

El huipil de Chichicastenango

El huipil de Chichicastenango se teje en un telar de cintura con una técnica conocida como “de nudos”. Es una técnica muy compleja en la que una tejedora tarda entre 6 a 8 meses en tejer un sólo huipil. Esta técnica permite trabajar el tejido con mucho detalle por lo que incluso pueden tejer flores con sus sombras.

Al contrario de las mayoría de los huipiles, donde la tejedora utiliza un telar que incluye un palito específico para pasar cada hilo e ir formando cada corrida, la tejedora del huipil de Chichicastenango no lo utiliza, ella usa el telar para sujetar la urdimbre a su cuerpo pero teje simplemente con sus manos.

Este huipil consta de 3 lienzos unidos por un bordado y puede pesar de 700 a un kilo. En el cuello tiene una figura, originalmente bordada e punto cadeneta que representa los rayos del sol. La mujer chichicasteca al introducir su cabeza en este sol se posesiona en el centro del universo.

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El valor de un huipil

El valor de un huipil

El huipil es la pieza más importante del traje tradicional de la mujer indígena mesoamericana. Cada uno es una pieza única e irrepetible. Existen huipiles para el uso diario, para ocasiones especiales e incluso para uso ceremonial, como es el caso del huipil que se usa en la ceremonia matrimonial. El huipil que se usa el día de la boda se guarda cuidadosamente y sólo se vuelve a usar el día de la muerte. Por lo tanto, el huipil tiene un valor cultural, patrimonial e histórico. Esto hace que sus precios pueden variar mucho.

La palabra huipil proviene del náhuatl “huipilli” y significa blusa o vestido adornado, tal cual como se entiende hoy en día, un huipil es una blusa o vestido adornado con motivos coloridos que están tejidos en telar de cintura y/o bordados. La importancia del huipil como indumentaria femenina es extraordinaria y denota la gran destreza y creatividad empleada por las tejedoras indígenas. Sobre todo señala la voluntad de seguir siendo indígena y el orgullo de su cultura particular.

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